PROTO EPARQUÍA DE IBERIA
Saturday, July 08, 2006
"Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo".Cuan importante es el ser bautizado, es el primer contacto con el reino de Cristo, es el descanso del alma, el saberse salvado por Cristo antes de tener conciencia. Es el comienzo de la andadura por la vida, una vida limpia sin pecado, pero no por ello nos tenemos de olvidar de hacer lo correcto, o por lo menos, no hacer lo incorrecto, no hacer el mal ni andar por senderos oscuros. Que nuestro señor Jesús el Cristo muriera por y para nosotros, salvándonos del pecado original, no nos deja exentos de seguir sus mandatos, tenemos de intentar seguirlos, de complacer al Señor, o si mas no, de que vea en nosotros una intención de buena voluntad.
Por ello es por lo que debemos educar a nuestros hijos en el buen hacer, en la palabra de nuestro Señor. Proverbios 22:6, "Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él". 
¿Qué espera Dios de los padres a medida que crían a sus hijos? Los padres deben ser ejemplos piadosos en palabras y en acciones. Deuteronomio 6:6-7, "Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes".
Dios espera que los padres sean pacientes. Colosenses 3:21, "Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten".
La disciplina es una expresión del amor paternal. Proverbios 13:24, "El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, desde temprano lo corrige". La corrección firme y bondadosa ayuda a los hijos a aprender.
Proverbios 29:15, "La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará a su madre". El propósito de la disciplina es ayudar a los niños a madurar, no a enojarlos. Efesios 6:4, "Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor".
Los hijos a menudo sufren las consecuencias de los pecados de sus padres. Éxodo 34:7, "Que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación".