PROTO EPARQUÍA DE IBERIA
PROTO EPARQUÍA DE IBERIA

Wednesday, May 31, 2006

AYUDA Y DESARROLLO.-



Hoy ha sido un día muy especial, gracias a la colaboración del Sr. Juan González y la del Archi-Diácono Anatoliy Skira, se ha podido ayudar a algunas familias necesitadas de Terrassa, se ha podido recopilar alimentos y ropas para sus maltrechas camas, así como para el aseo personal y algunas mudas.

Se ha hablado de su necesidad inmediata y a largo plazo, la necesidad principal es la del trabajo, la mayoría de los precarios ingresos son procedentes de la chatarra, en alguno de los casos, el ingreso procede de pequeños trabajos de limpieza en algunas casas de la zona, y siempre mal remuneradas.
Los hijos van a colegios subvencionados por la Generalitat de Cataluña. No siempre pueden obtener algunas de las necesidades básicas, medicinas, agua corriente, tendido eléctrico, etc.… este fue uno de los temas que mas ampliamente se ha hablado, y es donde la Proto Eparquia intentará poder facilitarles, en la mayoría de sus posibilidades, cubrirles estas carencias.
Siendo totalmente conscientes de que donde estarían mejor, lógicamente, sería en un piso de protección oficial, ya que en la chabola en donde están mal viviendo, por carecer, carecen hasta de servicio. Me comenta de su intención de abandonar en poco tiempo el lugar de residencia, se marcharían a otro sitio un poco mas decente, pero, que las necesidades seguirán estando presentes.
Le pido a Dios que pronto podamos poner en marcha los proyectos para el Cuarto mundo, poder empezar a ayudar a personas buenas que necesitan poder tirar hacia delante, que puedan sentirse útiles en una sociedad de Súper Consumo. Donde si no tienes el último modelo de casi todo, no eres nadie. Nos equivocamos, esta gente tiene menos de nada y son personas encantadoras. Su mal, no haber tenido suerte en la vida, o haber caído en las garras del alcohol. Espero poder Ayudarles, no solo este día, sino para el resto de sus días.

Posted by ORDEN BONARIA :: 8:44 AM ::
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COOPERACIÓN CON AMNISTIA INTERNACIONAL


Posted by ORDEN BONARIA :: 8:42 AM ::
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Wednesday, May 24, 2006

PAGINA DE ARCHIVOS AUDIOVISUALES.-


PULSAR LA IMAGEN

Posted by ORDEN BONARIA :: 3:37 AM ::
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SIETE RAZONES.-


1. Un solo sacerdocio en Cristo

A través del bautismo las mujeres y los hombres comparten igualmente el nuevo sacerdocio de Cristo.

Esto incluye apertura a las Ordenes Sagradas.

2. Con poder de presidir

En la Ultima Cena Jesús dio el mismo poder tanto a los hombres como a las mujeres. Ambos pueden ser ordenados para presidir la Eucaristía, por lo que pueden ser ordenadas sacerdotes e incluso ser “Obispa”

3. Desviaciones culturales

La práctica de la Iglesia de no ordenar mujeres para el sacerdocio se basaba en tres tipos de prejuicio en contra de las mujeres. Esto afectó el juicio de los líderes de la Iglesia.

4. Las mujeres han sido diaconisas

Hasta el S. IX la Iglesia consagró sacramentalmente diaconisas. Esto prueba que las mujeres pueden ser ordenadas.

5. La posibilidad de que las mujeres sean ordenadas ha estado presente en la Tradición latente de la iglesia.
Un ejemplo es la antigua devoción a María como sacerdote. Esto demuestra que, de acuerdo con el sentido de los fieles (sensi fidei), en María la prohibición contra las mujeres se ha superado.

6. La Iglesia amplia acepta las mujeres en el sacerdocio.

Después de estudios muy serios y mucha oración, otras Iglesias Cristianas ahora ordenan mujeres para el sacerdocio. Aunque no todas estas Iglesias sean aceptadas por la Iglesia Católica Latina, esta creencia convergente consensuada de los creyentes cristianos, confirma que, ordenar a las mujeres está de acuerdo con el deseo de Cristo.

7. Las mujeres son también, de hecho, llamadas a ser sacerdotes.

El hecho de que muchas mujeres católicas responsables, sientan que están llamadas por vocación al sacerdocio es un signo del Espíritu Santo que no debemos ignorar.


Conclusión: No hay argumentos validos contra el sacerdocio de las mujeres, y muchos argumentos verdaderamente Católicos en su favor.

La proto Eparquia de iberia, apoya a todas las mujeres que desean ser sacerdotes, e insta a que muestren públicamente, a través de nuestra Web, su deseo y voluntad.

Posted by ORDEN BONARIA :: 3:12 AM ::
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Tuesday, May 23, 2006

NUEVAS PROTO DIACONISAS.-


La Santa Iglesia, siempre ha defendido los derechos de todos los Seres, y especialmente el de los niños, ancianos y la igualdad de la mujer frente al Hombre. Gracias a Dios, y a Cristo Nuestro Señor, las palabras quedan hermosas escritas, pero son los Actos, los que dan sentencia a las Palabras.
Han sido constituídas, dos PROTO DIACONISAS Y MISIONARIAS DEL CRISTO RECONCILIDADOR en nuestra Proto-Eparquía, en el Oficio de las Damas de Santa Helena Augusta.

Posted by ORDEN BONARIA :: 3:23 AM ::
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Sunday, May 14, 2006

LECTURA DE CATECÚMENOS.-


LA EPTÍSTOLA DE SAN PABLO A LOS EFESIOS, CAPITULO Iº.-

Posted by ORDEN BONARIA :: 10:08 AM ::
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HERMANDAD Y DEBER


Hay un fragmento del Evangelio de San Mateo (18, 15), el que se refiere a la obligación de la hermandad fraterna, que no se puede leer sin experimentar una cierta sensación como de sorpresa y de pena. Pues oímos allí, en efecto, cómo la voz amable de Cristo nos impone un deber que muy rara vez se cumple en nuestros días, que tan ávidos están, sin embargo, de franqueza y de sinceridad, y que incluso parecen deseosos de asumir la franqueza y la sinceridad como características suyas, propias e inconfundibles. Y no es que el deber de la hermandad fraterna alcance su fuerza y ahonde sus raíces en la virtud de la sinceridad; sino que, aun cuando la virtud de la sinceridad, como la de la honestidad, contribuye con algo propio a la práctica de dicho precepto evangélico, éste se funda directamente sobre la caridad.

Pues, precisamente a la luz de la caridad, llega la voz de Cristo a sernos perfectamente comprensible, y dicho precepto evangélico se nos aparece en toda su grandeza. Es menester amar al prójimo y quererle bien, querer su bien, sobre todo su bien eterno: por esto no permanecemos indiferentes, ni nos encogemos de hombros ante alguien que está en peligro, que no haya tomado el camino justo o que no sea como debería y como podría ser; también por esto, por ejemplo, nos guardamos bien de «dejarlo correr» cuando vemos que alguien, en el círculo de nuestros familiares o conocidos, está a punto de romper, o quizá ha roto ya el orden y la armonía de la caridad. En ésta, como en tantas ocasiones semejantes, es precisamente la palabra de Cristo la que nos obliga a no "dejarlo correr". Pues El, en efecto, nos dice. "...Ve y corrígelo a solas. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano." Y su mandato tiene la profundidad de las cosas sencillas, la fresca inmediatez de los programas concretos.”
Las páginas de las Sagradas Escrituras nos enseñan que antaño Dios se servía de los profetas, almas llenas de fortaleza y de caridad, para advertir a los hombres, incluso a los soberanos, de que estaban fuera de su camino. ¡Y con cuánta fidelidad y caridad supieron los profetas vivir y cumplir el deber de la hermandad fraternal, para corregirlo! Piensa: en nuestros tiempos, ¿es quizá obra menos urgente de misericordia espiritual el advertir al que se equivoca, el enseñar al hermano que no sabe? Casi parece como si esas palabras del Señor: "Ve y corrígelo", ni siquiera rozasen hoy la conciencia del que vislumbra a su alrededor, a su lado, el mal, un mal que podría ser evitado. Pues para muchos de nosotros, hoy –¿lo ves?– el "vecino" no es ya el prójimo y "el otro" no es todavía el hermano.
Y, sin embargo, tú lo sabes, cuando encuentra un corazón fiel y deseoso del bien propio y del ajeno, la palabra de Cristo penetra en el alma como una espada que pide ser empuñada, que requiere y exige poderosamente la acción. "Ve y corrígelo": el Evangelio, con sus mandatos y sus consejos, nos advierte continuamente de que la vida es el tiempo de la acción –tempus agendi–, y nos invita a no poner tiempo por medio (ese tiempo que concedemos a nuestra pereza y a nuestro egoísmo) entre la idea serenamente madurada en nuestro juicio y nuestro propósito, y la acción que ha de cumplirla.
Puede suceder que ese precepto de Cristo, a alguno, le suene a ofensa, por esa exquisita y a veces excesiva sensibilidad hacia la libertad y hacia la dignidad de nuestros semejantes que el espíritu de la época ha contribuido a formar en las conciencias de los cristianos.

Pues, efectivamente, el Señor, al instruirnos sobre el deber, nos manda corregir, o sea decir cara a cara a una persona algo que viene haciendo y que no está bien hacer. Y decírselo no como quien, teniendo que cumplir un encargo desagradable, se escuda graciosamente tras la amable expresión de que ambasciator non porta pena, y con toda su actitud pide excusa y comprensión, y casi compasion; sino con sentido de personal responsabilidad asumiendo como propias todas las responsabilidades y también todas las contrariedades que de la corrección puedan derivar para sí y para el otro.

Ya por esta simple consideración podemos darnos cuenta de que el cumplimiento de tal precepto evangélico supera en mucho lo que es el plano del espíritu del mundo, de las convenciones sociales y de la misma amistad que esté fundada sobre criterios exclusivamente humanos.
Y es obvio que no se trata –porque entonces no habríamos superado ese plano, sino que estaríamos precisamente por debajo de él– de agredir a alguien con malas palabras y con peores modales, porque, pongamos, por ejemplo, haya hecho o dicho algo que nos ha molestado, o simplemente haya lesionado lo que nosotros llamamos "nuestros intereses", esos intereses enmascarados otras veces bajo la ambiciosa expresión de nuestro "buen nombre".
No se trata de esto, evidentemente: obrar así no es practicar el deber evangélico, sino alentar las querellas del amor propio, autorizar el espíritu de venganza, y faltar por lo general, más o menos gravemente, a la caridad.
Quien vive con espíritu cristiano el precepto, no piensa en aquel momento en sí mismo, sino en el otro que se ha convertido para él, por eso mismo, en hermano. En ese momento, no tiene presentes sus intereses personales o su buen nombre, sino los verdaderos intereses y el buen nombre del otro. En aquel instante, ha dejado, ciertamente, a un lado muchas cosas, pero ante todo su amor propio. Ha dejado de pensar en sí para estar totalmente absorbido por la preocupacion del otro y por la del camino que el otro ha de recorrer hasta unirse con el Señor.
Si nos fuese dado ver el alma de aquel que, siguiendo la palabra de Cristo, cumple el deber de la corrección fraterna, quedaríamos conquistados por la grandeza y por la armonía de los sentimientos que en aquel momento ocupan su corazón, cuando se dispone a satisfacer el dulce mandato de la caridad fraterna. En aquel alma podríamos leer la firme delicadeza de la caridad, la limpia profundidad de una amistad que no retrocede ante un deber que ha de cumplirse, y la fortaleza cristiana, que es sólida virtud cardinal.
El deber de nos recuerda que no siempre el miedo de desagradar a los demás es cosa buena. Por desgracia, es grande el número de los que, por no desagradar o por no impresionar a alguien que está viviendo sus últimos días y los últimos momentos de su existencia terrena, le callan su estado real, haciéndole así un mal de incalculables dimensiones.
Pero todavía es más elevado el número de los que ven a sus amigos en el error o en el pecado, o a punto de caer en uno o en otro, y permanecen mudos, y no mueven un dedo para evitarles estos males. ¿Concederíamos a quienes de tal modo se portasen con nosotros, el título de amigos? Ciertamente, no. Y, sin embargo, suelen hacerlo para no desagradarnos. "Por no desagradar" se pueden ocasionar así a los amigos –a nuestro próimo– auténticos males; podemos hacernos responsables de graves culpas, a las cuales convendría en muchas ocasiones el nombre de complicidad. Y esto, por no hablar ya del hecho de que, a menudo, cuando nos "dispensamos" de la corrección por creer que los otros –nuestros amigos– se disgustarían al sentirse hacer por nosotros, honrada y delicadamente, una sincera advertencia, formulamos sobre ellos un juicio que ciertamente no les honra, y que, por lo común, no es un juicio cristiano.
La obligación se ha de cumplir en determinadas formas y circunstancias. El Señor, en efecto, nos manda: "Ve y corrígelo", pero concreta luego que "a solas". Es fascinante este aviso, esta invitación a la delicadeza, al tacto, a la amistad. Trae inmediatamente a nuestra mente muchas virtudes cristianas: ante todo la caridad, que es la que nos mueve a hablar, la virtud que desata o frena las lenguas, según las circunstancias; luego, la prudencia cristiana, que ha sido justamente llamada, con imagen moderna y eficaz, el "consejo de administración de la caridad"; la humildad, que enseña, quizá más que cualquier otra virtud, a encontrar la palabra justa y el modo que no ofende, al recordarnos que también nosotros necesitaremos de muchas advertencias; la fortaleza de ánimo y la honestidad, por las cuales se reconoce al hombre verdadero y al cristiano auténtico. "A solas", he ahí un secreto para el bien, una prueba de amistad sincera, un seguro de fidelidad y de lealtad.
Hablar es una cosa, murmurar otra. Murmurar, es decir, hablar mal de una persona con otros, o contar a otros el mal que, a nuestro juicio, hace una determinada persona, es faltar a la caridad y, a menudo, a la justicia. Pero hacer notar a esa persona el mal que hace, advertir delicadamente a aquel hermano nuestro para que se corrija, es observar el precepto del Señor y cumplir un acto de caridad, ofreciendo una prueba de amistad verdadera y cristiana. Cuando estemos a punto de murmurar de alguien, tratemos, con la gracia de Dios, de contenernos, formulando el propósito de advertir a aquella persona, si es verdaderamente el caso, conforme a los criterios que deben presidir siempre la moralidad de nuestras acciones.
Pero al deber de hablar corresponde, naturalmente, la obligación de escuchar. Quien no escucha se priva voluntariamente de esta ayuda, deja caducar un derecho suyo determinado: es decir, el derecho, fundado sobre la caridad, de ser advertido, de ser corregido, de ser, en definitiva, eficazmente ayudado. ¡Qué triste es no escuchar, y ser conocidos de todos como personas a las cuales nada se puede decir, como cristianos –de nombre, tan sólo– que rechazan con soberbia toda ayuda de los demás! El amor propio nos separa, nos distancia de los demás; nos establece en la soledad. Nos reduce a aquella trágica condición, tan tristemente deplorada por las Escrituras: Vae soli, qui cum ceiderit non habet sublevantem se; ¡infeliz del que está solo, porque cuando caiga no encontrará quien lo levante!
He aquí por qué el Señor, después de haber sancionado como obligatoria la corrección fraterna, añade: "Si te escucha, habrás ganado a tu hermano." Pues, en efecto, es muy cierto que del escuchar en estas circunstaneias surge siempre una viva y cristiana amistad, o se consolida y se hace todavía más profunda y auténtica la amistad ya existente. Las advertencias escuchadas, aceptadas y agradecidas son siempre vínculos de unión para toda amistad que se levante al nivel de la amistad cristiana. Ganar y ser ganados de este modo por los demás significa hacer sentir el soplo del espíritu evangélico en nuestras relaciones y en nuestras amistades.
Si escuchamos a los demás cuando vengan a nosotros movidos por ese espíritu evangelico, por esa caridad cristiana, ejercitaremos, sobre todo, la virtud de la humildad, pues ninguna otra virtud dispone la mente como ésta para conocer la verdad y el corazón para recibir la paz. Y con la verdad y con la paz nos será más fácil enderezar, con la ayuda de Dios, nuestros senderos, y allanar el camino de nuestra vida moral. De tales disposiciones interiores aflorará muy pronto un sentimiento de viva gratitud hacia aquel hermano nuestro que toma tan a pecho nuestros problemas y la rectitud de nuestra vida; con lo que surgirán nuevos vínculos para una nueva amistad, hecha de leal sinceridad y de gratitud cordial.
Añadamos, pues, a la lista de las preguntas que acostumbremos a dirigirnos a la hora de nuestro cotidiano examen de conciencia, una que nos interrogue sobre el deber de la corrección. Y pongamos nuestras amistades, para que sean siempre más verdaderas y cristianas, al cobijo de este dulce mandato del Señor, y no al egoísmo de cada cuál.



Kyr Yosephos Emmanouèl IIIº O.S+G
Dyarkhès Autokrathès
Gran Maestre Orden Bonaria

Posted by ORDEN BONARIA :: 10:04 AM ::
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Sunday, May 07, 2006

LECTURA DE CATECÚMENOS


Primera Epístola de San Pablo a Timoteo

Posted by ORDEN BONARIA :: 9:09 AM ::
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HABLEMOS DE FE...


Fe es creer en lo que no se ve. Creer en lo que se ve es demostración, no fe. Fe es saber que lo que no se ve, también puede existir y a partir de ahí es cuando podremos descubrirlo, porque si estamos convencidos de que no hay nada más, así será, en cambio, si creemos que todo es posible y que todo puede existir, estaremos abriendo las puertas a la evolución de nuestro espíritu, ya que si confiamos en que existe, aquello que no conocemos ni vemos, podremos llegar a conocerlo y verlo pues al creer que puede existir, estamos abriendo una puerta hacia el mundo que no conocemos, en cambio si damos por sentado que no existe, no podremos llegar a conocerlo porque estaremos cerrando la puerta a su existencia ya que una cosa que no existe, jamás podrá llegar a ser conocida, pero una cosa que creemos que existe podremos llegar a conocerla y a experimentarla.

Por ejemplo, los ángeles, sabemos que están ahí y por tanto llegaremos a sentir el Amor que emanan, pero si damos por supuesto que no existen, no podremos sentirlos porque pensaremos que el Amor y la Luz que de ellos proviene tampoco existe y lo mismo sucede con lo que somos.
Si pensamos que no somos Amor o que el Amor no existe, viviremos infelices hasta que nos demos cuenta de que sí que existe y despertemos, entonces, se nos abrirá la puerta a la experiencia de dicho Amor Universal E iniciaremos el camino hacia su descubrimiento, al descubrimiento del Amor Universal, que es felicidad absoluta.
La Fe es Amor.
Cuando tenemos Fe en nosotros y en el Universo, cuando tenemos Fe en que todo se rige por Amor, estamos abriendo la puerta a la experiencia del Amor Universal porque el Amor lo es todo y cuando vemos y creemos que el Amor lo es Todo, cuando nos demos cuenta de esto, estaremos preparados para llegar a conocerlo y a experimentarlo.
Confiar es tener fe. Confiar en los demás es tener fe en que todos los seres son una fuente de Amor Universal portadora de Luz infinita. Es necesario también conocer las intenciones de las personas porque pueden tener muy poco Amor y uno salir lastimado, aún así la confianza está por encima de el mal y siempre que haya confianza y fe, nadie podrá sufrir daños porque cuando hay confianza, se actúa con el corazón y uno hace lo mejor para sí mismo y para los demás.
Actuar con el corazón es la forma de ayudar a los demás y a uno mismo, tener fe y confiar a pesar de todo, pero sin dejarse engañar, ni lastimar, ni perjudicar, porque esto no es fe pues la falta de Amor hacia uno mismo es falta de Amor hacia los demás, y dejarse engañar, perjudicar o consentir todo a un hijo, es falta de Amor porque así no se le ayuda a él ni a nosotros mismos.
El Amor es la poderosísima energía que sabe imponer cuando es necesario pero siempre con libertad. El Amor es protección y a la vez libertad. A la hora de educar a un hijo, consentirle todo es algo amor-fo, sin Amor, porque el Amor es desear ayudar a los demás y a nuestro hijo si le consentimos todo no le ayudamos, le ayudaríamos si intentáramos ayudarle a descubrir el Amor y la felicidad.
Se necesita ser muy sabio para saber esto. Se necesita desarrollar mucho Amor para descubrirlo, y es posible. Todos los seres del Universo son nuestros hijos, debemos cuidarles y ayudarles, éste debe ser el primer pensamiento de Amor que tengamos si deseamos ayudar a los demás.
Cuando deseamos ayudar a los demás ya lo estamos haciendo, pues la energía del Amor está fluyendo en nosotros. El Amor no es consentir. El Amor es preocuparse porque el otro sea feliz y desee hacer felices a los demás y si le dirigimos en este sentido, podremos ayudarle.
Protección, Amor, Cortar con Amor las raíces del ego cuando sea preciso (no consentir todo, sólo lo que se precise) y Libertad para educar y comprender a los demás y a nuestros hijos. Todos somos hijos de Dios y todos somos hermanos, a la vez, debemos Amarnos como si fuéramos hijos unos de otros, como una madre Ama a su hijo, éste es el Amor más elevado pues todos fuimos hijos y madres de todos en algún momento de nuestras vidas.
Abrid el corazón a los demás y entregadles todo vuestro Amor pues ésta es la forma más sublime de Amor y de Fe, que debe combinarse con sabiduría, pues la Fe sin sabiduría es ignorancia. Debemos confiar en todos, pero no ser tontos. Debemos darlo todo sin esperar nada a cambio sin fastidiarnos a nosotros mismos ni a los demás.
Debemos compartir todo lo bueno que hay en nosotros pero sin dárselo a personas que lo van a arrojar a la basura, pues así le enseñaremos (siempre con Amor), a cortar las raíces del ego, por eso es tan importante una buena educación. A las personas que no saben valorar el Amor, hay que enseñarles dándoselo y enseñándoles primero a valorarlo. Es como un músico, cuando un niño nace, no sabe tocar un instrumento y si se lo damos podría romperlo, en cambio si le enseñamos a componer y luego le damos el instrumento será la forma de ayudarle a ser un buen músico.
Recordad que todos somos Amor, tened Fe y confiad y no caigáis en la incredulidad, es entonces, cuando más hace falta recordar que somos Amor infinito. A veces estamos nerviosos porque caemos por un puente y nos parece que nos vamos a morir y nos salvamos. Otras veces estamos contentos y nos morimos. El nacimiento, todo lo que nos sucede y la muerte, son elecciones de lo más profundo de nuestra alma y son plénamente respetadas porque proceden de nuestra más profunda elección.
Las enseñanzas del Universo son firmes y nada tienen que hacer frente a la dualidad, agitación mental y emociones porque las leyes que rigen el Universo son firmes y ecuánimes semejantes al reflejo del sol en el agua y por tanto llenas de paz y Amor infinitos. Así es como la Ley de Causa y Efecto nos ayuda a tener Fe y a Amar a los demás.
Kyr Yosephos Emmanouèl IIIº O.S+G
Vicario del Pro-Patriarca para la Provincia Eclesiástica de Iberia

Posted by ORDEN BONARIA :: 8:54 AM ::
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PAGINA DE LA IGLESIA DEL SANTISIMO REDENTOR.-


PULSE SOBRE LA IMAGEN

Posted by ORDEN BONARIA :: 8:44 AM ::
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Monday, May 01, 2006

PENSAMIENTOS ENERGÍA ATÓMICA



PULSA SOBRE LA IMAGEN PARA VER LOS PENSAMIENTOS

Posted by ORDEN BONARIA :: 12:28 PM ::
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SACERDOCIO FEMENINO - Iº


Cada mujer bautizada se convierte en otro Cristo, igual que sucede con un hombre.

“Efectivamente todos vosotros sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, pues todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo habéis sido revestidos. Ya no hay distinción entre judío y no judío, entre esclavo o libre, entre varón o mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” Gal. 3,26-28

Toda mujer bautizada comparte plenamente el sacerdocio de Cristo, su realeza y su misión profética.

Lo sabemos por el Evangelio. Jesús la había preparado como una Pascua con sus discípulos “¡Cuánto he deseado celebrar esta Pascua con vosotros antes de morir¡” (Lu 22,7-16)

Ahora sabemos, por el Evangelio que las mujeres tomaban parte en las comidas comunitarias de Jesús.

Además, toda la familia, incluidas las mujeres, tenían que tomar parte en la comida pascual (Ex 12,1-14)
Los Evangelios mencionan la llegada de Jesús y los doce “al atardecer” (Mc14,17), pero otros discípulos ya estaban preparándolo todo, Esto incluye las mujeres.

Es a todos los discípulos que Jesús dice:
“Tomad y comed esto es mi cuerpo."
Tomó luego una copa y después de dar gracias,se la dio diciendo:
‘Bebed todos de ella, porque esta es mi sangre!Haced esto cuantas veces bebáis en recuerdo mío!”
(Mt26,26-28; 1Co 11,23-25)

“Todos los que han sido justificados por la fe en el bautismo están incorporados a Cristo. Por eso son llamados Cristianos. Por eso están aceptados como hermanos y hermanas por los hijos de la Iglesia Católica”. (Ecumenism § 3).

“Muchos de las más significativos elementos y dones que conjuntamente construyen y dan vida a la misma Iglesia, pueden existir fuera de la Iglesia Católica”.
(Ecumenism § 3)
“Cristo convoca a la Iglesia, mientras ella recorre su camino en esta tierra, hacia una continua reforma, una reforma que siempre ha necesitado”
(Ecumenism § 5)

La raíz de cualquier vocación se basa en haber sido creados por Dios.

Todas nuestras aptitudes provienen de la mano de Dios y en cada llamada, sea al trabajo que sea, a un ministerio, a un tipo de vida o a una misión especial, surge Dios llamándonos desde nuestra nada, para ser las personas que somos.

Respecto a la vocación sacerdotal, siempre ha habido en la Iglesia, la convicción de que las auténticas vocaciones provienen de Dios, y que sería criminal bloquear estas vocaciones.
Kyr Yospehos Emmanouèl IIIº O.S+G

Posted by ORDEN BONARIA :: 5:37 AM ::
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LECTURA DE CETECÚMENOS.-





TESALONICENSES, PRIMERA EPÍSTOLA AL APÓSTOL SAN PABLO.-

Posted by ORDEN BONARIA :: 5:31 AM ::
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