PROTO EPARQUÍA DE IBERIA
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Thursday, March 23, 2006

Carta de Jacob Discípulo del Crucificado a Asturo VI



Oh, vosotros, que estáis separados y que halláis huyendo, pobres de vosotros, pues os van a alcanzar.

O acaso pensáis del Padre, que él es bondadoso o que él se dejará convencer por los ruegos o que él indulta a uno por otro, o que él tolera a aquel que busca.
Pues él conoce sus deseos y lo que la carne precisa.

Pues no tiene ningún anhelo hacia el alma.
Pues sin alma el cuerpo no peca, igual como el alma no será salvada sin el espíritu.
Sin embargo, si el alma se salva sin mal y también se salva el espíritu, el cuerpo se vuelve puro.

Pues el espíritu es aquél en quien mora el alma; el cuerpo, por el contrario, es aquél que ella mata, es decir, ella es quien se mata a si misma.
En verdad, os digo, él no debe perdonar de ninguna manera los pecados del alma ni la culpa de la carne.

Pues vosotros pensáis, que muchos han hallado el reino de los cielos.
Especialmente aquel, que se ve a si mismo como el cuarto que ha entrado en los cielos.
Al oír aquello, nos entristecimos.

Pero cuando él vio, que nosotros estábamos tristes, dijo: “Por eso os digo, para que os reconozcáis entre vosotros.
Pues el reino del cielo se parece a una espiga, que crecía en un campo.
Y cuando ésta maduro, ésta diseminó sus frutos y volvió a llenar el campo de espigas para otro año más.

Pero, daos prisa, en sembrar vuestras espigas de vida, para que podáis ser llenados por el Reino.

Y mientras yo me halle entre vosotros, manteneos conmigo y obedecedme por amor a vosotros.

Y, entonces, cuando yo me aleje de vosotros, pensad en mí. Pero pensad en mí, por que yo he estado entre vosotros, sin que vosotros me hayáis reconocido primero.

Bienaventurados serán aquellos, que me han reconocido.
Pobres de aquellos, que escucharon y no creyeron.

Bienaventurados serán aquellos que no vieron, pero creyeron.
Y, mas allá os convenzo, pues yo me he revelado a vosotros, construyendo una casa, que es muy útil para vosotros, porque bajo ella os cobijo, igual que seréis capaces, de apuntalar la casa de vuestro vecino, si esta estuviese en peligro de caer.
Si, en verdad os digo:
Pobres de aquellos, por cuya causa se me ha mandado descender a este lugar.
Sean bienaventurados, aquellos que van a ascender hacia el Padre. Además os reprendo, oh vosotros, pues
vosotros existís.
Haceos iguales que aquellos, que no existen, de esta forma, nacéis con aquellos, que no existen.

No permitáis que el reino de los cielos se vuelva desierto en vosotros.
No os volváis orgullosos frente a la iluminadora luz.
Sino volveos a vosotros mismos, como yo soy para vosotros.
Por vosotros, tomé la maldición en mi, para que pudieseis ser salvados”

Pero, en vistas de estas palabras, Simón respondió y dijo:
“A veces nos animas hacia el reino de los cielos; otras veces, de nuevo nos aconsejas que nos alejemos.
Señor, muchas veces hablas con nosotros y nos conduces a la fe y nos prometes la vida; otras veces, de nuevo, nos vuelves a empujar lejos del reino de los cielos.”

Pero el Señor respondió y nos dijo:
“Os he dado la fe a menudo.
Además me he revelado a ti, oh Jacob, y vosotros no me habéis reconocido.
Pero, ahora, de nuevo veo, cuan a menudo os alegráis, y cuando vosotros os alegráis sobre la existencia de la vida, sufrís por otro lado y estáis afligidos, cuando sois enseñados sobre el reino.
Sin embargo, a través de la fe y del conocimiento habéis recibido para vosotros la vida.

Desconfiad por tanto de los empujes cuando los oís;
pero cuando vosotros oís promesas, regocijaos todavía más.
Si, en verdad os digo:
Aquel que recibe la vida por si mismo y que cree en el reino, nunca saldrá de él, ni tan siquiera si el Padre le
quisiese seguir.

Posted by ORDEN BONARIA :: 3:58 AM ::
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