PROTO EPARQUÍA DE IBERIA
Monday, February 13, 2006
Carta de Jacob Discípulo del Crucificado a Asturo, sacerdote y príncipe del país del mar.
Iª PARTE.
Paz de la paz,
amor del amor,
misericordia de la misericordia,
vida de una vida santa y pura.
Tú que me has rogado,
que te mande una enseñanza secreta,
que nos mostró a mí y a Simón, el Señor Kephas, que también se llama Piedra,
que nos fue revelado por el Señor,
no me podía negar, todavía debía hablar contigo,
ya que, en este momento, tu resides lejos de mí,
pero yo los he escrito con los símbolos da la lengua hebrea.
Te la he mandado, pero solo a ti.
No es para otros, ni tampoco para tu mujer, que es su hija.
Pero como tu eres un servidor de la salvación del Santo,
esfuérzate y guarda de compartir con muchos este escrito,
que el redentor no quería compartir con todos nosotros, sus doce discípulos.
Pero bienaventurados serán aquellos que sean redimidos mediante la fe en esta Palabra.
Hace diez meses, te mandé otro documento secreto, que me había revelado el salvador.
En ese, por lado, trata sobre como este fue revelado a mí, Jacob. Sin embargo,
este lo comprenderán aquellos, que anhelan realmente la salvación con todo su corazón.
Estaban todos allí sentados…juntos, los doce discípulos recordando las cosas que el salvador les había dicho a cada uno de ellos, ya fuese en secreto, o abiertamente, y las colocaban por escrito.
Sin embargo, yo escribí aquello que tiene que ver con nuestro Señor, el salvador.
Él apareció, se de todos nosotros, le vimos partir, y tras quinientos cincuenta días, después de que resucitara de entres los muertos, nosotros dijimos: “Te fuiste, te alejaste de nosotros,”
Pero Jehoshua dijo: “No puesto que me iré al lugar, del cual yo vine.
Si queréis venir conmigo, venid.”
Todos ellos respondieron diciendo:”Si tú nos lo ordenas, vendremos.”
Él respondió: “En verdad, os digo: Nadie entrará jamás en el reino de los cielos, por que yo se lo ordeno, sino porque vosotros estáis llenos.
Permitidme llevarme a Jacob y a Kephas, para que los colme.”
Y cuando él los hubo llamado a los dos, nos llevó a un lado.
Ordenó a los demás, que se ocupasen, en lo que les había ocupado hasta el momento.
Dijo el salvador:
“Se ha apiadado de vosotros, pues vosotros vais a ser colmados por mí.
A los demás es como si les volviese de nuevo la inquietud.
Y ellos han escuchado pero no han comprendido.