Monday, September 26, 2005
SUCESIÓN APOSTÓLICA
"Esta divina misión confiada por Cristo a los Apóstoles ha de durar hasta el fin de los siglos (cf. Mt., 28,20), puesto que el Evangelio que ellos deben transmitir en todo tiempo es el principio de la vida para la Iglesia. Por lo cual los Apóstoles en esta sociedad jerárquicamente organizada tuvieron cuidado de establecer sucesores.En efecto, no sólo tuvieron diversos colaboradores en el ministerio (Hech 6,2-6; 11,30; 13,1; 14,23; 20,17; 1 Tes 5,12-13; Flp 1,1; Col 4,11), sino que a fin de que la misión a ellos confiada se continuase después de su muerte, los Apóstoles, a modo de testamento, confiaron a sus cooperadores inmediatos el encargo de acabar y consolidar la obra por ellos comenzada (Hech 20,25-27; 2 Tim 4,6s; 1 Tim 5,22; 2 Tim 2,2), encomendándoles que atendieran a toda la grey en medio de la cual el Espíritu Santo, los había puesto para apacentar la Iglesia de Dios (cf. Act., 20,28). Establecieron, pues, tales colaboradores y les dieron la orden de que, a su vez, otros hombres probados, al morir ellos, se hiciesen cargo del ministerio, y defendieran cono Príncipes o como Obispos al pueblo de Cristo.
Entre los varios ministerios que ya desde los primeros tiempos se ejercitan en la Iglesia, según testimonio de la tradición, ocupa el primer lugar el oficio de aquellos que, constituidos en el episcopado, por una sucesión que surge desde el principio, conservan la sucesión de la semilla apostólica primera. Así, según atestigua San Ireneo, por medio de aquellos que fueron establecidos por los Apóstoles como Obispos y como sucesores suyos hasta nosotros, se pregona y se conserva la tradición apostólica en el mundo entero.Así, pues, los Obispos y Teócratas , junto con los presbíteros y diáconos, recibieron el ministerio de la comunidad para presidir sobre el pueblo en nombre de Dios como pastores, como maestros de doctrina, sacerdotes del culto sagrado y ministros dotados de autoridad. Y se transmite a sus sucesores, así también permanece el oficio de los Apóstoles de apacentar la Iglesia, oficio que permanentemente ejercita el orden sacro de los Obispos. Por eso enseña este sagrado Sínodo que los Obispos han sucedido por institución divina en el lugar de los Apóstoles como pastores de la Iglesia, y quien a ellos escucha, a Cristo escucha, a quien los desprecia a Cristo desprecia y al que le envió (cf. Lc., 10,16).
BASE BÍBLICA DE LA SUCESIÓN APOSTÓLICA
En las cartas de san Pablo, tanto Timoteo como Tito aparecen como:a) los que ostentan el lugar de Pablo, es decir, obran en su nombre, con su autoridad:"Te escribo estas cosas, esperando ir a ti pronto, pero en caso que me tarde, te escribo para que sepas cómo debe conducirse uno en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y sostén de la verdad... Te encargo solemnemente en la presencia de Dios y de Cristo Jesús y de sus ángeles escogidos, que conserves estos principios sin prejuicios, no haciendo nada con espíritu de parcialidad". (1 Tim 3,14s y 5,21)
Incluso les confiere la autoridad de nombrar a otros al frente de la iglesia:"Por esta causa te dejé en Creta, para que pusieras en orden lo que queda, y designaras ancianos en cada ciudad como te mandé (Tit 1,5) No impongas las manos sobre nadie con ligereza, compartiendo así la responsabilidad por los pecados de otros; guárdate libre de pecado (1 Tim 5,22). Y lo que has oído de mí en la presencia de muchos testigos, eso encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros" (2 Tim 2,2).Es claro pues que el Apóstol les encomienda que obren en su lugar, sin hacer nada sino lo que él les había dicho, e incluso les confiere la autoridad que hasta el momento se reservaba sólo a los Apóstoles, a saber, establecer a los guías de la iglesia (ver Hechos 14,22-23).Pablo los está instruyendo, sabiendo que la muerte le es próxima (2 Tim 4,5-8); se trata pues de instrucciones para ser puestas en práctica por los líderes de las iglesias después de su muerte, y hasta la venida del Señor (1 Tim 6,14), por lo que se entiende la preocupación de Pablo en que Tito y Timoteo tengan especial cuidado en elegir a los que deban suceder a ellos (ver citas más arriba). Es claro que los está dejando, de hecho, como responsables de las iglesias en lugar de él.b) están al cuidado de las iglesias puestas a su cargo con toda autoridad:
A Timoteo le encomienda la delicada misión de custodiar la doctrina, misión que si bien es compartida por todos los creyentes, encuentra en Timoteo el principal responsable: "Al señalar estas cosas a los hermanos serás un buen Príncipe de Cristo Jesús, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido... Esto manda y enseña... Entretanto que llego, ocúpate en la lectura de las Escrituras, la exhortación y la enseñanza... Ten cuidado de ti mismo y de la enseñanza; persevera en estas cosas, porque haciéndolo asegurarás la salvación tanto para ti mismo como para los que te escuchan..." (1 Tim 4,6.11.13.16)Es claro que el oficio de Timoteo es exclusivo de él, en el sentido que Pablo deja un responsable de la comunidad en lo que toca a la enseñanza, y ese es Timoteo. Los demás "escuchan" (1 Tim 4,16). Más adelante continúa en la misma línea:"Enseña y predica estos principios.
Si alguno enseña una doctrina diferente y no se conforma a las sanas palabras, las de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido y nada entiende...
Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo... Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, y evita las palabrerías vacías y profanas, y las objeciones de lo que falsamente se llama ciencia... "(1 Tim 6,3.13-14,20)Luego agrega con más fuerza aún:"Te encargo solemnemente, en la presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, por su manifestación y por su reino: Predica la palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con mucha paciencia e instrucción" (2 Tim 4,1s).Le mandará lo mismo a Tito:"Pero en cuanto a ti, enseña lo que está de acuerdo con la sana doctrina... muéstrate en todo como ejemplo de buenas obras, con pureza de doctrina, con dignidad, con palabra sana e irreprochable... Esto habla, exhorta y reprende con toda autoridad. Que nadie te desprecie (Tit 2,1.7-8,15).
Palabra fiel es ésta, y en cuanto a estas cosas quiero que hables con firmeza, para que los que han creído en Dios procuren ocuparse en buenas obras" (Tit 3,8).Es de recordar que el oficio de la enseñanza "con toda autoridad" era el oficio propio de los Apóstoles, como consta en todas las Escrituras del Nuevo Testamento (ver por ejemplo Hechos 6,2-4).También se le advierte a Timoteo (1 Tim 2,1-11) cómo debe ser el culto de los cristianos, para que él supervise y no permita que se hagan las cosas de cualquier manera.Por otro lado, Pablo es cuidadoso de transmitir a Timoteo y Tito asuntos importantes del gobierno de la Iglesia, como por ejemplo las cualidades que deben tener los que quieran servir como obispos, diáconos o presbíteros; no sólo eso, sino también cómo deben ser considerados si son acusados y llevados a juicio, todas cosas estas que, por su misma naturaleza, corresponden a personas que ostentan autoridad sobre toda la comunidad (ver 1 Tim 3,1-10; 5,15-20; 2 Tim 2,2; Tit 1,5-9; 2,15ss).
Y también les encomienda a todo el resto de la comunidad: ancianos, jóvenes, doncellas, viudas, adolescentes y esclavos (1 Tim 5,1-16; Tit 2,2-10). c) son establecidos con autoridad divina: de hecho Timoteo y Tito (y luego los demás) recibieron la autoridad a través de la imposición de manos por parte del Apóstol, cosa que comportaba siempre la gracia de Dios que les venía concedida para llevar adelante el oficio que recibían:"Por lo cual te recuerdo que avives el fuego del don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, prisionero suyo, sino participa conmigo en las aflicciones por el evangelio, según el poder de Dios, quien nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad... Guarda, mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros, el tesoro que te ha sido encomendado" (2 Tim 1,6-9.13-14)."No descuides el don espiritual que está en ti, que te fue conferido por medio de la profecía con la imposición de manos del presbiterio" (1 Tim 4,14).
Un oficio, como el de regir las iglesias y pueblos, que es dado con signos de la gracia divina ("espíritu", "poder de Dios", "don espiritual") no puede provenir sino de Dios mismo, que es el único que puede conceder esas gracias.Por otro lado, esos mismos que Pablo había establecido "presbíteros en cada una de las iglesias" (Hechos 14,23) eran considerados por todos como establecidos por el mismo Espíritu Santo:"Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual el Espíritu Santo os ha hecho obispos para pastorear la iglesia de Dios, la cual Él compró con su propia sangre" (Hechos 20,28).En decir, aquellos que han sido puestos al frente de las iglesias como sus pastores con la imposición de manos (Timoteo y Tito son los ejemplos más claros de todo el Nuevo Testamento) son considerados como puestos en ese oficio por el mismo Espíritu Santo; es claro, entonces, que la autoridad que ellos poseen les viene como carisma de parte de Dios. A ese carisma en favor de la transmisión fiel del mensaje evangélico hasta el final de los tiempos llamamos
"sucesión apostólica” http://tolomeos.com/colegio/Sacro%20Colegio_archivos/page0005.htm
Posted by ORDEN BONARIA ::
2:51 PM ::
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